Con la llegada del calor se recrudecen las condiciones térmicas en el interior de las naves industriales, especialmente en aquellas en la que se tiende a tener altas temperaturas, ya sea por el tipo de maquinaria que alojan o por los procesos productivos que desarrollan.
Los aireadores adiabáticos que refrescan el ambiente pulverizando agua sobre el aire para enfriarlo, pueden resultar una buena solución alternativa o complementaria al Aire Acondicionado, siempre y cuando hablemos de espacios que cuentan con una adecuada ventilación, dado que son sistemas que provocan una alta concentración de humedad.
Con la salvedad referida, su utilización puede ayudar a conjugar un aspecto como el confort térmico, básico para la ergonomía y la seguridad en el trabajo, con la eficiencia energética, que es sinónimo de ahorro en el gasto en climatización, algo particularmente interesante en una coyuntura en la que los precios del suministro son muy elevados.
¿Cómo funcionan exactamente los aireadores adiabáticos?
El enfriamiento adiabático es un proceso termodinámico que propicia una evaporación del agua en el ambiente, que así se vuelve menos seco y más húmedo, con lo que mejora la sensación térmica.
Estos procedimientos se utilizan ante todo en entornos industriales, aunque también pueden adaptarse los sistemas para que refresquen estancias de edificios residenciales.
El proceso adiabático de enfriamiento se desarrolla por la reacción física de añadir agua al ambiente y evaporarla posteriormente. Para ello, se pueden pulverizar tanto gotas de vapor como gotas de agua, a través de unos mecanismos similares a los aspersores que se colocan en los techos, o bien mediante unos paneles húmedos por los que pasaría la corriente de aire.
Asimismo, hablaríamos de enfriamiento adiabático directo o indirecto, en función de si los procesos termodinámicos se aplican sobre el aire de aportación, o usando sistemas de doble flujo con recuperación de calor, que enfrían el aire haciéndolo pasar por un intercambiador.
Esta última modalidad enfría el aire con un gasto de energía ostensiblemente menor que los equipos de Aire Acondicionado, lo que hace muy interesante su uso, si bien no dejan de tener sus hándicaps y limitaciones, como expondremos un poco más adelante.
Ventajas del uso de aireadores adiabáticos en las naves industriales
En el capítulo de ventajas hay que comenzar destacando su capacidad para lograr una reducción efectiva de la temperatura (entre 2º y 10º), aunque el nivel de disminución puede oscilar varios grados según el lugar de instalación.
Además, los aireadores adiabáticos van muy bien en climas y espacios de calor muy seco, funcionando de manera óptima en naves ubicadas en lugares alejados de la costa, en las que no hay unos elevados índices de humedad que dificulten la ejecución del proceso termodinámico por el que operan estos sistemas.
Con todo, en condiciones calor extremo, por sí solos estos sistemas no bastan, precisándose cuando menos el complemento de otras soluciones de climatización.
Dificultades para la utilización de aireadores adiabáticos en las naves industriales
El uso de estos equipos puede comprometer la salubridad ambiental, debiéndose cuidar tanto que el agua pulverizada no disperse bacterias, como que estas no proliferen favorecidas por la condiciones generales de humedad. En este sentido, tendrían los mismos problemas que otras alternativas a los aires acondicionados muy empleadas en los espacios industriales como los condensadores evaporativos o las torres de refrigeración.
Por ello, solo resultan implementables en entornos en los que exista una buena ventilación, un aspecto fundamental para la salud y la ergonomía en el trabajo, y que como tal está regulado en la legislación laboral, que establece un nivel mínimo de entrada de aire limpio de 30 m3 a la hora por trabajador, que se extiende a los 60 m3 en los espacios que por su actividad propenden a tener ambientes particularmente enrarecidos.
Teniendo en cuenta estos condicionantes, la instalación de refrigeración adiabática en una nave industrial puede permitir crear un ambiente más fresco y agradable en los interiores con un menor consumo de electricidad, particularmente en aquellos lugares donde hay unos bajos niveles de humedad durante los meses cálidos.
Además, estos sistemas tienen otras importantes ventajas adicionales:
- Requieren un mantenimiento muy escaso
- Consumen mucha menos agua que los sistemas evaporativos
- Al no operar mediante aerosoles no hay peligro de aparición de legionella
- Complementariedad con otras soluciones
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