En este post vamos a abordar la vida útil de las naves industriales, un tema que si bien aparece de manera transversal en algunas publicaciones anteriores, nunca le hemos dedicado hasta ahora un contenido monográfico.
Hacerlo merece la pena por su importancia, al ser la durabilidad que va a ofrecer la construcción un factor fundamental a la hora de que una empresa se decida a acometer una inversión de esta naturaleza, que se amortizaría a años vista.
El ciclo de vida que pueda tener una nave industrial nueva, junto a otros factores, determina asimismo si es una opción más aconsejable que otras soluciones alternativas, como el propio alquiler de una de segunda mano, o bien decantarse por una construcción reconvertida.
En las siguientes líneas, analizaremos los distintos factores que influyen en la durabilidad de las naves industriales: elección del lugar de ubicación, el diseño arquitectónico, los distintos materiales elegidos y los tratamientos que se les apliquen, la calidad de la ejecución de la obra, el adecuado mantenimiento que se le dé a la nave y por supuesto la funcionalidad a la que esté dedicada, ya que conviene preparar los edificios para que resistan el desgaste al que los someterán actividades que conllevan desde el uso de maquinaria rodante hasta la emisión de humos.
1-Ubicación de la nave industrial
El emplazamiento de la construcción juega un papel decisivo para poder asegurar un amplio ciclo de vida, dada la incidencia de factores climáticos como la irradiación solar, la existencia recurrente de precipitaciones de determinadas características, las temperaturas excesivamente altas o bajas que puedan provocar heladas…
Asimismo, condiciones ambientales como la humedad y la salinidad también repercutirán en la longevidad de la estructura, al poder afectar a la corrosión de ciertos materiales metálicos. De ahí que, por ejemplo, se desaconseje la ubicación de naves industriales en lugares muy cercanos al mar.
2-Diseño de la nave industrial en aras de la durabilidad
El diseño juega un papel decisivo para poder alumbrar una construcción resistente a todos los factores que provocan desgate. En primer lugar, cabe preparar a le estructurar para que sea capaz de soportar las cargas y fuerzas más extremas, incluyendo las sobrevenidas por fenómenos sísmicos, particularmente en zonas propensas, pero no solo en ellas, ya que si hablamos de construcciones que se erigen para durar décadas no hace falta que se trate de una zona de alto riesgo, por la sencilla razón de que un episodio de este tipo puede darse a lo largo de un ciclo de vida tan amplio.
Además, la planificación del diseño debe prever los elementos de protección frente a la intemperie, por la concurrencia de los factores ambientales y climáticos que destacábamos antes. Y también, resultar lo suficientemente flexible para facilitar adaptaciones futuras sin afectar a la integridad estructural.
Esta modularidad sería fundamental igualmente para que la construcción esté preparada para modificaciones o ampliaciones que den respuesta a nuevas necesidades de la empresa. La idea no es solo que el edificio se preserve en perfectas condiciones, sino también evitar que se quede obsoleto para los requerimientos funcionales que puedan existir a años vista.
Tampoco hay que pasar por alto que el diseño debe facilitar el mantenimiento y acondicionamiento de los distintos espacios, dada la relación directa que existe entre una puesta a punto y limpieza óptimas con una alta durabilidad de la nave industrial.
3-Elección de materiales para una larga vida útil de las naves industriales
En este blog hemos profundizado en la vertiente térmica de los materiales y también en su dimensión estética, pero ahora toca ponerlos en valor por su contribución decisiva a la resistencia y durabilidad de las construcciones industriales.
Bajo esta perspectiva, el acero aporta unas óptimas propiedades si bien su vulnerabilidad frente a la corrosión hace imprescindible el uso de tratamientos anticorrosivos. El hormigón, por su parte, destaca por su capacidad de soportar cargas pesadas y temperaturas elevadas e incluso al fuego, pero requiere el uso de una mezcla adecuada y la aplicación de técnicas de curado para evitar la aparición de grietas y el deterioro.
Además, para ciertas estructuras también se pueden utilizar materiales de fibra de carbono para mejorar la resistencia y reducir el peso, que siempre es un factor de desgate. O polímeros reforzados altamente resistentes que brindan igualmente la ventaja de la liviandad.
Con todo, con la vista puesta en la durabilidad de las naves industriales resulta clave la aplicación de tratamientos especiales, como recubrimientos protectores en forma de pinturas o revestimientos anticorrosivos.
Asimismo, la tecnología también ha alumbrado materiales innovadores autolimpiadores o con propiedades que repelen tanto el agua como los agentes contaminantes que van en detrimento de la buena conservación de las naves.
4-Mantenimiento para una óptima preservación de las naves
Antes ya hemos apuntado como el diseño de los distintos espacios de la nave debe facilitar su mantenimiento, tanto en la vertiente preventiva como en la correctiva. Pero además ha de cumplirse una amplia lista de actuaciones que incluiría la revisión periódica de elementos estructurales, techos y canalizaciones para la detección temprana de problemas.
Bajo esta perspectiva, dar respuesta inmediata a daños menores es siempre la mejor solución para evitar que devengan en mayores, y también habría que aplicar tratamientos y recubrimientos con la periodicidad adecuada para mitigar los efectos de la corrosión u otros tipos de desgate.
En función de la modalidad de nave que se trate será necesario atender a sus condicionantes particulares. Así, por ejemplo, las de producción padecen un desgaste especial por la presencia de maquinaria pesada, la emisión de ruidos y vibraciones así como por la posible acción de agentes químicos, lo que comporta un diseño robusto, la elección de materiales con buenas propiedades de resistencia frente a estos factores y un mantenimiento exhaustivo. Mientras que en las naves logísticas de amplios espacios por las que se mueven vehículos para la operativa con las mercancías hay que poner un especial énfasis en la resistencia del suelo, ante el tráfico pesado constante.
Especialistas en construcción de naves industriales duraderas
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