La tentación de buscar las naves industriales más económicas siempre va a estar ahí cuando se necesita una construcción de estas características, pero cualquier buen empresario sabe la importancia de poner el foco en el retorno de la inversión.
De nada vale obtener una nave industrial barata si no permite desplegar a pleno rendimiento las actividades en las que se juega la viabilidad y la rentabilidad del negocio. Tampoco es útil si el edificio, por sus deficientes capacidades, va a quedar obsoleto en pocos años para las necesidades de la empresa, o incluso si no va a tener todo el ciclo de vida que podría, cuando ‘nave económica’ se traduce en nave de mala calidad, como ya apuntamos en un post anterior dedicado a la durabilidad de las construcciones industriales.
La escalabilidad y la modularidad en la rentabilización de las naves industriales
Un primer aspecto esencial en el que se va a dirimir la rentabilidad de las naves industriales es su idoneidad para poder alojar capacidades productivas o logísticas escalables. O lo que es lo mismo, en su capacidad de adaptarse el crecimiento de las empresas; traducido en producción cuando se trata de una planta de fabricación o almacenamiento si hablamos de una nave logística, que puede tener una función de distribución a clientes o consumidores finales, o bien servir de almacén de materiales conectado a una factoría de producción de una industria.
Además, debe de tratarse de naves preparadas para la eficiencia operativa, que es un factor decisor en la productividad, y por tanto interviene en las perspectivas de rentabilización de las naves industriales desde el primer día que están en marcha cumpliendo su cometido.
Si bien, por muy preparadas que estén las naves para dar respuesta a picos de demanda, el propio éxito de los negocios por que el que tan duro se trabaja en las empresas puede rebasar las capacidades de la infraestructura disponible.
En estos casos, para no morir de éxito o tener que acotar el crecimiento, se plantean diseños de naves que no solo sean escalables, sino que también resulten modulares, para tener previstas futuras ampliaciones, y que de este modo las necesidades de producción/logísticas no aboquen a la inversión en nuevas instalaciones cuando un adecuado planeamiento de la primera construcción puede evitarlo, ampliándose así el horizonte de rentabilización de la nave originaria.
Eficiencia energética y facilidad de mantenimiento en la rentabilidad de naves industriales
Los costes energéticos suponen uno de los principales gastos fijos de las empresas, hasta el punto que hay estudios que han cifrado entre el 5% y el 15% el porcentaje de facturación que se lleva el consumo de energía en las empresas más electrointensivas, unos guarismos que todavía se incrementarían en periodos con los precios de la luz muy altos.
De ahí, que poner en liza los diseños, soluciones arquitectónicas y materiales que hagan a las naves más eficientes energéticamente contribuya primordialmente a la sostenibilidad medioambiental, sí; pero también a la de la propia empresa como negocio, por lo que en estos casos las naves realizan una innegable contribución al ahorro, que debe ponerse en valor a la hora de cuantificar la inversión, por la sencilla razón que no va a ser lo mismo amortizar una construcción eficiente y con el óptimo aislamiento para tener que tirar menos de climatización, que hacerlo con otra cuyo coste inicial puede ser más barato, pero que supone una auténtica losa energética, desatando una partida presupuestaria que supone siempre un importante pellizco y en ocasiones una gran mordedura, inasumible incluso para algunas empresas.
Con todo, habría más factores que el aislamiento para reducir la factura eléctrica, al poder entrar en juego desde la construcción de cubiertas habilitables como campo solar para autogenerar parte de la energía que se consuma, hasta preparar los interiores para que pueden alojar sistemas de iluminación LED inteligentes que funcionen por sensorización.
A ello, se suma el diseño de construcciones que faciliten los trabajos de mantenimiento, tanto en su vertiente preventiva como correctiva, ya que una mala distribución de los espacios interiores puede provocar que los trabajos recurrentes de acondicionamiento y puesta a punto requieran un mayor esfuerzo
Esto se traduce en mayor consumo de recursos y tiempo, en obstaculización de la operativa de trabajo habitual y posiblemente en mayor frecuencia de averías evitables con un buen mantenimiento preventivo, por lo que tendríamos nada menos que tres vías de agua en las que las deficiencias a la hora de diseñar estas construcciones son traducibles en exponenciación de los gastos, haciendo que una nave que pueda ser barata a priori se convierta en un auténtico agujero negro que suponga un pozo sin fondo de gastos para la empresa.
El rol de las naves industriales actuales en el marketing
Una buena nave industrial realiza una contribución esencial para proyectar imagen de marca, ante clientes existentes y potenciales, administraciones, proveedores, así como también a la interna, para alinear a los trabajadores con una determinada visión de la empresa.
En la era del marketing online hay infinidad de canales en los que se puede explotar la fisicidad rotunda y la estética de una buena nave, que reme a favor de los objetivos de captación y fidelización de clientes, incrementando los retornos de la inversión como no podría hacerlo una construcción sin alma propia.
Otras dimensiones de la rentabilización de las naves industriales
Con todo, cuando se trata de hablar de rentabilizaciones de naves industriales, hay que ser perfectamente conscientes de la existencia de aspectos que van más allá de la idoneidad de las construcciones, al entrar en juego desde las posibles condiciones de financiación bancaria que se han obtenido para acometer el proyecto hasta la propia marcha del negocio, debido a que de nada sirve contar con la mejor infraestructura si no se sabe sacarle partido o no se puede hacer en entornos altamente competitivos, que en los últimos años además ha estado expuesto a sacudidas periódicas por todos sabidas.
En cualquier caso, para obtener naves industriales con las óptimas potencialidades de rentabilización conviene siempre confiar en los mejores especialistas, que al margen de ser capaces de alumbrar las naves industriales más modernas, eficientes y estéticas, destacan particularmente por su capacidad de dar la respuesta exacta a las necesidades de cada cliente, desde el que solo precisa un pequeño almacén para tener los materiales de un servicio de instalación, hasta de grandes empresas que requieren articular complejos procesos productivos y logísticos.
En Anovel Ingeniería contamos con décadas de bagaje construyendo las naves industriales más rentables, construcciones que han jugado un importante papel en el rendimiento de la actividad de las empresas y de sus perspectivas de negocio. ¡Contáctenos y le explicaremos con más detalle lo mucho que podemos ofrecer!