En la actualidad, el tamaño de las naves industriales de nueva construcción viene determinado por una serie de condicionantes, que incluso pueden entrar en conflicto entre sí.
Así, más allá de las necesidades específicas que pueda tener la empresa por el uso que vaya a dar la nave industrial, entrarían en liza factores como los medioambientales, los costes económicos, las previsiones a futuro e incluso cuestiones de imagen de marca, dado el rol que tienen estas construcciones a la hora de proyectar una identidad corporativa.
Límites al tamaño de las naves industriales
Con todo, habría unas limitaciones al tamaño de las naves industriales que predominarían sobre el resto de factores, por mucho que se pudiese llegar a conciliarlos plenamente. De este modo, tenemos un marco físico insuperable como son las dimensiones de la parcela, que restringirán las medidas en longitud y anchura, considerando además que el espacio disponible también debe alojar los accesos al edificio.
Luego, estarían también las restricciones normativas, dada la necesidad de aplicar las directrices del Código Técnico de la Edificación relativas a construcciones industriales. Al margen de tener que atenernos a la normativa urbanística concreta del término municipal en el que se vaya a ubicar la nave industrial. Y sin olvidar tampoco las propias reglamentaciones al respecto que pueda haber en el polígono industrial que va a alojar el edificio, en el caso de que se vaya a emplazar en un complejo de este tipo.
Las distintas medidas previstas para la nueva construcción deben incluirse en las memorias técnicas de los proyectos, en los planos y en la documentación demandada para la solicitud del permiso de obras y la posterior obtención de la licencia de actividad, más allá de que también pueda resultar una información demandable en hipotéticos estudios de impacto ambiental susceptibles de reclamarse.
Planeamiento de espacios y tamaño de la nave industrial
Las medidas de la superficie de la nave en m2 y la de su altura vendrán determinadas, asimismo, por una serie de condicionantes derivados de la actividad que se va a realizar en ella.
Bajo este prisma, cabría prever las necesidades espaciales de áreas de producción, envasado, mantenimiento y almacenaje, tanto de materias primas como de las mercancías ya elaboradas, y siempre mediante soluciones que aseguren el máximo aprovechamiento del espacio y consideren aspectos como la flotación de los stocks.
También, repercutirá en el tamaño de la nave la previsión de espacios para muelles de carga y descarga, o el estacionamiento de vehículos pesados como camiones. Sin pasar por alto tampoco la dotación requerida para oficinas, zonas de recepción a clientes u otras zonas comunes, desde baños y vestuarios hasta áreas de descanso del personal.
Condicionantes actuales en el tamaño de las naves industriales
Vistos todos los aspectos que determinan las dimensiones de las naves industriales desde siempre, en las siguientes líneas vamos a ver cuáles serían los factores que obedecen a necesidades más actuales.
Ese sería el caso, por ejemplo, de las alturas interiores incrementadas que nos podemos encontrar en las naves industriales modernas, dentro de un rango general que oscilaría entre los 10 y 15 metros, con un promedio de 11 a 12 metros. Estas medidas permiten optimizar el espacio para almacenamientos verticales, y también alojar equipos de gran tamaño y eventuales instalaciones sobreelevadas.
Además, la automatización e interoperabilidad de recursos inherente a los nuevos modelos de Industria 4.0 requiere espacios más altos y amplios, para poder albergar equipos de gran tamaño y sistemas autónomos de almacenamiento inteligentes, cuyo flujo operativo debe ser continuo, sin elementos físicos que provoquen interrupciones o disfunciones, lo que lleva asociada una disponibilidad espacial que lo haga posible.
Asimismo, el tamaño de las naves industriales se imbrica con las cuestiones medioambientales. Sin entrar en el impacto ‘per se’ que pueda tener el edificio en su entorno, una nave industrial de grandes dimensiones en principio repercutiría en la huella de carbono a múltiples niveles, desde en el mayor coste energético de producción y transporte de los materiales de los que está compuesta hasta en los más elevados requerimientos energéticos que tendrá el edificio una vez construido. Si bien, ambos aspectos pueden mitigarse mediante distintas soluciones como la elección de materiales idóneos, la reducción de las cadenas de suministro, la dotación de sistemas que favorezcan el autoconsumo energético, los softwares de gestión inmótica o la sensorización de la iluminación, entre otras medidas.
Evidentemente una nave de mayor tamaño siempre tendrá un coste económico mayor, tanto por la mayor cantidad de materiales a utilizar como el aumento de inversión en la mano de obra precisa para su construcción. De ahí, que muchas naves industriales de la actualidad que sean concebidas con un diseño modular, para tener previstas futuras necesidades de expansión, sin tener que invertir ahora en un edificio de grandes dimensiones por lo que se pueda requerir mañana.
Con todo, tampoco hay que ignorar el rol de las naves industriales imponentes a la hora de crear una imagen de marca, algo que se pueda apreciar a la perfección en proyectos como la gigafactoría de Tesla en Berlín, pero que no resulta privativo de grandes compañías, ya que para cualquier empresa el edificio en el que se desarrolla su actividad es la plasmación física de su identidad, así como el mejor embajador para proyectar sus valores corporativos, tanto hacia el exterior como el interior.
De hecho, los grandes edificios industriales pueden trascender más allá de sus funciones, para convertirse en un símbolo de la identidad de una comunidad humana, como ocurrió en la ciudad de Murcia donde Anovel Ingeniería tiene su sede: Molina de Segura, que en el pasado destacó por su antigua industria conservera que legó grandes edificios industriales ubicados en pleno casco urbano, conformando un paisaje muy característico, del que en la actualidad se preservan vestigios como las grandes chimeneas.
En Anovel Ingeniería aseguramos que las naves industriales estén dotadas de las dimensiones y la distribución de espacios más adecuadas, atendiendo a criterios de eficacia operativa, eficiencia energética, adaptabilidad y optimización de costes. Si necesita una nueva nave a medida para las necesidades de su empresa no dude en confiar en los mejores expertos. ¡Contáctenos, nos avala un amplísimo portafolio con construcciones de todos los tipos y tamaños!