Uno de los aspectos más importante en la construcción de una nave industrial es dimensionarla adecuadamente. Hablamos tanto del espacio requerido en las distintas áreas para dar respuesta a las necesidades presentes y futuras de la empresa, como de dotar a las diferentes partes del edificio de las óptimas medidas para que la construcción sea viable a todos los niveles, algo de lo que se encarga el diseño y cálculo de estructuras.
La tentación de construir una nave de tamaño imponente, en sintonía con el rol que juegan estas construcciones para la imagen corporativa, siempre se verá matizada por los costes directos e indirectos (por ejemplo a la hora de iluminar y climatizar el edificio), así como por una serie de condicionantes como los que vamos a ver a continuación.
Sí podemos resaltar que, de acuerdo a datos de demanda inmobiliaria, la altura promedio de las naves industriales actuales se movería entre los 10 y 15 metros, aunque también se solicitan construcciones mayores, y la más habitual se situaría entre los 11 y 12 metros, que equivaldría a un edificio de cuatro plantas sobre rasante.
El marco físico que determinará las dimensiones de altura y anchura de las naves industriales es el tamaño de la parcela, que además ha de acoger los accesos al edificio, de modo que estos faciliten el tránsito de vehículos para la carga y descarga de mercancías.
Asimismo, al margen de existir un corsé en cuanto a la disponibilidad de espacio, también lo hay a efectos normativos, dada la obligatoriedad de atenerse al reglamento del Código Técnico de la Edificación (CTE) concerniente a edificios industriales, a la normativa urbanística local del municipio donde se enclave la nave, e incluso a la propia reglamentación que pueda estar vigente en el polígono industrial, si la nave no se ubica en una parcela independiente.
Además, todos los datos relativos al tamaño previsto de las naves industriales han de incluirse en sus correspondientes memorias técnicas, en los planos de la nueva construcción y en toda la documentación que se requiere para solicitar el permiso de obras y la posterior licencia de actividad, e incluso para eventuales estudios de impacto ambiental que puedan demandarse. Precisamente este aspecto fue uno de los principales caballos de batalla a los que hubo de enfrentarse un megaproyecto como el de la Gigafactoría de Tesla en Berlín, planteada inicialmente para ocupar un espacio todavía mayor que el que pudo tener finalmente por motivos medioambientales.
Previsión de espacios en el cálculo de dimensiones de las naves industriales
A la hora de definir el espacio que va a precisar el edificio cabe valorar las necesidades de sus distintas áreas, para determinar la superficie total en m2 requerida. Y prever la altura necesaria para maquinaria, almacenamiento vertical así como las puertas de entrada y de salida para la recepción de vehículos y mercancías, en función también de cómo sean los muelles de carga proyectados.
Así si hablamos, pongamos por caso, de una planta de fabricación, se tendrían que definir los espacios del área de producción, incluyendo las zonas de trabajo, las de posibles líneas de fabricación, montaje, envasado, mantenimiento de la maquinaria y de almacenamiento de la materia prima.
También, habría que dimensionar los espacios del área de almacenamiento de productos terminados o en proceso, y hacerlo con base a un sistema de alojamiento que optimice siempre el espacio, y tenga en cuenta asimismo la rotación de stock.
Igualmente, debe preverse una adecuada dotación espacial para las áreas de carga y descarga, con la vista puesta en que pueda darse un buen flujo de recepción de materias primas y expedición de mercancías terminadas, para lo que resulta imprescindible facilitar el trasiego de camiones y su maniobra. Adicionalmente, es importante dejar el espacio adecuado para el estacionamiento de vehículos, primordialmente los de la empresa, pero también el del personal que allí trabaja si fuese necesario.
Espacio para oficinas y áreas administrativas
A todo esto, se añadiría el espacio a dedicar para oficinas y áreas administrativas, incluyendo salas de reuniones, lugares de recepción de clientes, etc. A lo cabe sumar también las zonas de áreas comunes como baños, vestuarios, posibles cocinas, etc.
Por último, estarían los espacios dedicados a la gestión de la electricidad, el agua u otros suministros.
El objetivo a cumplir, es que a través de un buen planeamiento y dimensionamiento de los diferentes espacios se aseguren unos óptimos flujos de trabajo y logísticos, para evitar interferencias y maximizar la eficiencia de todos los procesos.
Además, resulta esencial dimensionar y distribuir los espacios de las naves atendiendo no solo las necesidades actuales, sino las futuras, dado que hablamos de construcciones que se plantean con una durabilidad a años vista, lo que aboca a prever futuras expansiones, algo que pone en valor la modularidad que permita una óptima ganancia de espacio sin dificultades.
Igualmente, al margen de anticipar futuras expansiones, debe apostarse también por un diseño de espacios que posibilite modificaciones o reconfiguraciones de los existentes, ante el surgimiento de nuevos requerimientos operativos.
Las dimensiones de algunas naves de Anovel en cifras
Para dar una idea de las dimensiones que puede tener este tipo de construcciones industriales, un proyecto nuestro como el de la Nave de Producción Hortofrutícola de Frutas Buendía, en el Polígono Industrial La Capellanía en Archena, Murcia, cuenta con un total de 20.366m2 construidos, de los cuales 13.248 m2 son propios de nave industrial, además de 2.968 m2 de oficinas y otros 4.150 m2 a terminaciones al aire libre.
Otro ejemplo con medidas más específicas, la nave que construimos para Comercial J. Huete en el Polígono Industrial Oeste de Alcantarilla (Murcia) cuenta con una estructura metálica con dimensiones de 57 metros de largo por 22,50 metros de ancho, con los correspondientes retranqueos en la zona posterior, el lateral derecho y la zona del frente para cumplir con la normativa existente en el polígono, que ya veíamos al principio que era un aspecto que determinaba el dimensionamiento de las naves.
Además, esta construcción cuenta con una entreplanta en el interior de 3,18 m x 5,56 m, que permite una distribución de espacios en dos plantas, la de arriba como oficina y la de abajo como almacén, vestuarios y aseos.
En Anovel Ingeniería siempre dimensionamos las naves y distribuimos sus espacios de acuerdo a las necesidades presentes y venideras de las empresas, atendiendo a criterios de eficacia, eficiencia, flexibilidad y ahorro de costes. ¡Si precisa una nueva nave no dude en hacérnoslo saber! ¡Contáctenos, estaremos encantados de informarle en más detalle sobre todo lo que podemos ofrecer!