En post anteriores ya hemos abordado la importancia de la sostenibilidad en la arquitectura industrial actual, y los beneficios tanto medioambientales como económicos que se derivan de construir una nave industrial sostenible.
Este planteamiento aboca a apostar por un diseño, unas soluciones constructivas y unos materiales que contribuyan a reducir las pérdidas energéticas, siempre en proyectos a medida que tengan en cuenta factores como el clima de la zona, la orientación de la construcción y la actividad concreta que se va a realizar en ella.
Pero si en publicaciones anteriores nos enfocábamos en el reto que supone construir naves industriales sostenibles, en esta ocasión pondremos la lupa en las medidas que se pueden adoptar para mejorar la sostenibilidad en un edificio ya construido.
¿Qué hacer para que una nave industrial sea más sostenible?
Reducir las necesidades energéticas y la huella de carbono de una construcción industrial requiere la adopción coordinada de medidas de diversa índole, que afectarían a las instalaciones, a los procesos de trabajo y a los suministros energéticos. Todo ello con la mira puesta en armonizar sostenibilidad, eficiencia, productividad y reducción de costes.
Así, para que la nave industrial sea más sostenible habría que atender a:
1-Control de la iluminación
Los sistemas de iluminación inteligentes pueden hacer una gran aportación a la hora de evitar derroches, al incorporar sensores detectores de presencia, temporizadores, limitadores de área, etc. Asimismo, el uso de instalaciones LED supondría un ahorro de entre 25% y el 70% en iluminación, lo que en cualquiera de los valores de la horquilla se traduce en un importante abaratamiento que justifica con creces la inversión que conllevan.
2-Uso de paneles solares
Como ya vimos en un post previo, el uso de placas solares en cubiertas es una de mejores las medidas activas que se pueden adoptar para lograr tener una nave industrial sostenible, particularmente cuando hablamos de construcciones con un consumo electrointensivo por su actividad, como es el caso, por ejemplo, de las plantas de producción o las naves con cámaras frigoríficas.
Además, actualmente hay en vigor ayudas para hacer este tipo de instalaciones, y dependiendo de la superficie de la cubierta utilizable como campo solar pueden llegar a generarse excedentes para su compensación posterior, siempre que se trate de sistemas preparados para ello, y en función también de las condiciones acordadas con la comercializadora de la energía.
3-Sistemas de regulación de la temperatura
Los aparatos de climatización se llevan una importante porción del consumo energético de la nave. Por lo que para reducir la huella de carbono y ahorrar costes habrá primero que ver el modo de subsanar los déficits de aislamiento que pueda tener el edificio; es decir las fugas de frío o de calor que se produzcan ya sea por insuficiencias o por desgaste de los materiales.
En lo que respecta a los equipos, se puede optar por termostatos programables que se activen en función de horas determinadas, en vez de los tradicionales que mantienen unos valores térmicos homogéneos.
Asimismo, los ventiladores HVLS son capaces de distribuir el aire de manera uniforme en construcciones como las naves industriales, que al tener techos altos tienen problemas de estratificación térmica, y por tanto el aire caliente tiende a quedarse en las capas superiores, lo que acaba abocando a un mayor uso de la climatización.
4-Eficiencia energética de los equipos
Igualmente, para poder tener una nave industrial sostenible es muy importante el papel de la maquinaria, por lo que habría que apostar por invertir en equipos energéticamente eficientes. En general, cuanto más antigua es la tecnología el gasto energético es mayor. Así, por ejemplo, unas máquinas tan características de estas construcciones como las carretillas elevadoras tradicionales hacen un gran consumo de gasoil o gas, mientras que las nuevas modalidades eléctricas al no alimentarse de combustibles fósiles reducen la huella de carbono al tiempo que favorecen el ahorro.
5-Otras medidas para que la nave industrial sea más sostenible
Al margen de las cuatro estrategias referidas, en función de cada caso se podrían estudiar otras medidas para conseguir que la nave industrial sea más sostenible, como la reutilización y reciclaje de materiales; instalar techos verdes con vegetación para mejorar la regulación térmica en los interiores y purificar el aire; reducir los tiempos de almacenamiento o aprovechar las potencialidades de la digitalización para eliminar el uso de papel.
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